Hola ¿Cómo estás? Te escribo sentada frente a la ventana. Estoy acá, sí, viendo la lluvia caer. Plaf, plaf, plaf , muy aburrido. Cada tanto pasa alguna persona, apurada, mirando hacia abajo, intentando llegar a su destino con la menor cantidad de agua encima posible. Y están los que pasan en autos. Algunos completamente tranquilos, ajenos al día gris y a la lluvia torrencial; y otros nerviosos, aferrados al volante como si fuera un salvavidas, con la cara puro ojos, mirando todo, atentos. Y todo eso lo veo acá sentada, aburrida, gris. Y pienso. Pienso que hicimos todo mal. Pero es como si ese "hacer todo mal" era la única forma correcta de hacerlo. Podría intentar explicar la existencia de la humanidad mediante el camino que recorren las gotitas que se pegan al vidrio de mi ventana. Algunas se aferran, otras caen sin más; pero eso ya lo hizo un genio, cuando le tocó hacerlo, ¿qué podría hacer yo, en comparación con él? Pero sí puedo hablarte de por qué el ci