Yo te saqué un día de allí.


Te ayudé a olvidar lo que te hacía mal.
Te regalé tardes en la arena.
Noches de luna llena frente al mar.
Y me encadené.

Te abracé siempre que lo pediste.
Te regalé mis noches de viernes.
Sabor amargo de la cerveza.
Y me encadené.

Te esperé todo lo que necesitaste.
Te regalé mis canciones de amor.
Me crecieron mil manos para acariciarte.
Y me encadené.

Te cuidé de vos mismo.
Te regalé mi amor en una cama.
Lágrimas de quererte y no quererme.
Y me encadené.

Te sostuve cuando te sentías caer.
Te regalé mi sonrisa con ojos y boca.
Hacerte saber cuánto podés valer.
Y me encadené.

Te enseñé todo lo que sabía.
Te regalé mi tiempo en un reloj de arena.
“Enamorate tranquila”, me dijo.
Y me enamoré.

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