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Mostrando entradas de marzo, 2012

Como pompas de jabón.

Día gris. Lluvias, rayos y truenos. Poca gente en la calle. Todo eso para mí se reduce a una sola palabra: Melancolía. Estoy sentada en la parada del colectivo, viendo como el cielo parece desarmarse en forma de gotas de agua y cae en el color verde del pasto. Los árboles se dejan arrasar por la fuerza del viento invisible y los relámpagos se ven completamente por la falta de construcciones. "No estás acostumbrada a esto, niña mimada", me digo. Y es que en un día así, me quedaba en casa (base de operaciones: cama), en pleno centro de la populosa ciudad. No lo extraño. No me quejo. Es sólo una experiencia nueva. Llega el colectivo. Allá viene. Avanza despacio, el-muy-considerado-chofer, para no empaparme con sus ruedas en los charcos de agua. Me siento a la derecha, para poder mirar el mar. Ah, ¡el mar! Se mezcla con la niebla, hasta hacerse todo una masa del mismo color. Y es que tiene todo esa misma esencia. Lluvia, niebla, mar. Son diferentes estados. Son diferentes funcion

De nada sirve.

Es bueno, simpático, inteligente, funny, romántico, cariñoso, diplomático.. ...y, sí, pero no es mío.

Menta y limón.

Las rosas se cerraron con su portazo, como si hubiese llegado el invierno. No me doy cuenta del paso de los días, tal vez simplemente yo dejé de atenderlas. La casa está vacía. Y los espejos, tristes. Hay mucho espacio. Todo falta. Todo sobra. Desde la cama todo se ve diferente. Voy a hacerme un té. Lo extraño. No quiero pararme a hacer el té. Al parecer las flores no son las únicas que notan su ausencia. Me duele la cabeza. Me duelen las manos. Me duele el alma.  Pasa un segundo, un minuto, una hora, un día, una semana, un mes, un año, un siglo. Giran, giran y giran. Vuelvo al piano. Sí. Puedo hacer música. Melancólica, pero el arte necesita de la soledad, de la miseria y de la pasión. Es una flor rocosa que pide vientos fuertes y terrenos duros. Las teclas, frías, gritan todo lo que yo quisiera gritar. Y no hay nadie, nadie para escuchar. ··· Silencio musical. Silencio en toda la casa. Quise abrir mis labios para cantar, pero lo que abrí fueron los ojos.  Y las lágrimas brot