Plateado.

La miró de lejos. Delgada y frágil. Importante. Delicada. Se le antojó muy blanca, fría, distante. Tuvo ansias de alcanzarla. De recorrer cada centímetro de su cuerpo. Encontrar lo más alto y lo más profundo. Conocerla en sus mejores días. Amarla en los peores. Supo que estaban hechos el uno para el otro, y aún así, años luz parecían distanciarlos. Sintió cómo ella influía en él. Sintió cuánto la necesitaba, con cada átomo de si mismo. Quiso tocarla. Quiso besarla. Quiso amarla en esa mismísima noche.


Y ella lo miró desde lo alto. Desde su grandeza. Desde su solemnidad. Y lo vio más importante aún. Amó sus colores. Deseó su sabor en los labios. Quiso verse rodeada por sus enormes brazos, para no sentirse sola nunca más. Lo vio calmo por momentos, pero impetuoso, y tenaz. Mejor aún: supo en un sólo instante, cuán intenso era. Y quiso eso. Esa fuerza, esa intensidad, esa pasión. Quiso amarlo en esa mismísima noche.

- Estar hechos el uno para el otro. Soñar despierto. Idealizar. Intensidad, fuerza, pasión. Deseo absoluto. Aunque después se termine, porque cuando deja de ser ideal (a pesar de las grandes disertaciones que hay sobre el tema), deja de ser Amor. El Amor es eso. Vivir eternamente el amor entre La Luna y El Mar-.

Comentarios

  1. Ayer estuvimos hablando de esto. No vamos a volver a disertar sobre el tema, porque vos siempre vas a tener la razón ( *guiño guiño* ;) ). Sólo voy a decir que me gusta mirar al infinito, hasta esa frontera en el poniente donde la Luna se junta con el Mar. :) ♥

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