[La vida es libertad]

Es un sueño de hace mucho tiempo, de la época en la que esa persona con la que salías estaba enojada conmigo. 
Siempre quise hacer un 'diario de sueños', pero nunca lo hice porque generalmente cuando salgo con esta idea, la gente me dice que estoy loca. Este sueño en particular, lo escribí porque fue muy electrizante, diferente. Quise guardarlo en papel, para que los detalles estén más ricamente definidos, en comparación con lo poco que puede hacer mi memoria a través de los meses y/o años.

Anoche disfruté, como tantas otras noches, otro sueño decabellado. Mezclando lugares, personas, situaciones, relaciones, emociones y demás sin ningún tipo de copyright, sin pagarle los derechos a nadie, sin pedir permiso. 
Sin ningún anticipo, sin anestesia, mi mente hace de mi vida la novela que quiere. Siempre fue así, ya no llama demasiado mi atención. 
Lo increíble fue que esta vez algo tuviera lógica, o al menos un asomo de coherencia.

Mi hermano pequeño se había perdido en una provincia que yo conozco y él no. Había un montón de gente buscándole, pero de pronto a mí se me ocurre dónde puede estar mi adorado hermano, y me voy, desesperada, a buscarlo.
Desesperada, triste, sola.
Para agregarle el miedo a mi ensalada de emociones, me acerqué a un túnel muy oscuro. Al parecer no había otro posible camino, así es que entré, viendo todo más negro que nunca.
Entonces fue cuando noté que había más gente en el túnel. Cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, empecé a ver sus rostros. Algunos conocidos, otros no, pero tanto caras amigas como desconocidas caminaban como ciegos. Ojos abiertos, perdidos en el infinito, como sin ver, o como viendo algo más allá que un túnel oscuro. Extraño, y hasta un poco inquietante, ¿no? Se movían lento, y caminaban en dirección contraria a la mía, por lo cual podía observar ese mar de gente, a la que amaba o a la que tal vez algún día ame; o quizás eran todos los rostros que alguna vez me crucé en la vida, en la calle, en el trabajo, en la escuela, o en la facultad, y que mi memoria, pequeña, concentrada en un limitado grupo de personas, no alcanza a retener. 
Seguí atravesando ese túnel salido del tiempo y del espacio, y, pegando un pequeño sobresalto como cada vez que encontraba unos ojos amigos, a lo lejos me pareció distinguirte. 
Apenas pasaste por mi vida, y esa vida misma nos cortó rápidamente la floreciente amistad. Pero entre ese mar de caras perdidas y sin luz o calor, me miraste, me sonreíste con tu sonrisa imperfecta pero hermosa, me guiñaste un ojo pícaro, divertido y pasaste a mi lado rozándome levemente. 
Te imaginarás mi sorpresa, y esa sensación de calor y vida que me transmitiste. A partir de entonces mi sueño se llenó de sol, y con él, de luz y color. Se alejaron los malos pensamientos y todo empezó a ir mejor. 

Tal vez las circunstancias de la vida no permitieron que fuéramos grandes amigos, que pudiéramos sonreírnos y llenar nuestros caminos de luz y color, aún en el túnel más oscuro. Tal vez nunca pueda ser así, pero no sos de esas personas que viven con el '¿qué hubiera sido si...?' y yo tampoco quiero serlo.
Siempre amé y amaré tu libertad, esa que te hizo romper barreras y sonreírme en un lugar en el que nadie sonreía, verme donde nadie me veía, vivir donde nadie tenía vida. Quiero aprender a vivir así. Libre.

Una vez me dijiste que yo no paso desapercibida para nadie. 
Ahora sabés que vos no pasaste desapercibido para mí.
Suerte en tu vida, compañero del camino, te la merecés.

Comentarios

  1. Aguante que tengas sueños copados. :)
    Y si algún día decidís hacer tu "diario de sueños", apoyaría totalmente la idea. :B ♥

    ResponderEliminar

Publicar un comentario