Revés.

Quizás fue el vino, el mosto sin cuidados.
Quizás fue la noche, anticipándose al verano.
Quizás fueron las estrellas, brillando en esa noche de noviembre.
Quizás fueron mis hormonas, que estaban tristes, después solitarias, después alegres, después tristes again.
No sé si "tenía que ser". Ya no sé si creo en ese destino imperfecto, insípido, indeterminado e insolente. Quizás se juntaron un montón de cosas que no se tenían que juntar para que nos encontráramos.
Mirá si el amor, después de tanto vagar, se encontró en la esquina del engaño y los recuerdos, y dijo "acá no era", le dio miedo la oscuridad y se fue caminando rapidito para otro barrio.
Mirá si la temperatura de mi cuerpo y todos los átomos que me conforman encontraron en tus átomos la temperatura ideal.
Mirá si vos, después de estar todo el día diciendo "no voy", pensaste que la nochecita de verano estaba demasiado linda como para desaprovecharla.
No sé. No sé qué decirte. Si fue todo al revés, entonces vivo del revés, porque econtrarte fue lo que puso todo en su lugar. Fue lo que me hizo volver a la normalidad. Encontrarte fue como el calor del verano, la leña en la casa de mi abuela, la sonrisa de mi mamá, la melodía de la novena, el canto de los grillos en la esquina de Open Door.

Todo cayó en su sitio, y supe, nuevamente, dónde quería estar.

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