Ami Ossi

Siempre me sentí desarmada.
Desubicada.
Discontínua como las series de ropa más barata.
Incompleta como el rompecabezas de un niño descuidado.

Siempre me hirieron. Y perdoné.
Seguí amando,
y completé esas heridas con pena,
dolor, autocompasión.

No junté odios, o rencores:
Junté lágrimas.

Siempre creí en una vida en soledad.
Y aún así, intenté esconder esa creencia,
llenándola con cosas y gente que no merecían mi atención.

Y un día cruzaste esa puerta.
La que entraba en mi vida.
Te colaste por una ventana,
o te colgaste del balcón.

Me llenaste de seguridad, de sonrisas, de cuidados, de caricias.
De algo que no había tenido,
pero que había esperado siempre:
Ser compañera,
ser mitad.

Intenté evitarte, lo sabés.
Intenté esconderme, no sentir.
Intenté no enamorarme.
Pero seguiste, demostrando día a día lo que valés.
Haciéndome reír.
Mimándome.
Sonriéndome.
Cantándome.
Mirándome con ojos que no conocía.

Cambiaste mi manera de amar.
Como si nunca antes hubiera amado.

Siempre fui obsesión, frenesí, descontrol.
Y espiral descendente hasta la Nada misma.

Vos me ganaste, me cambiaste, me convenciste.
Me enamoraste y hoy,
te amo con locura y cada día más.

Ya sólo estoy incompleta cuando no estás.
Y esos espacios vacíos te llaman y te buscan y te esperan,
hasta que entrás por esa puerta.
Radiante a mis ojos,
como un caballero con armadura brillante.
Reflejando el sol en mi habitación oscura-de-luz-apagada.
Hermoso.
Por tu sonrisa.
Por tu mirada de ternura.
Por tu fisonomía perfecta completando el rompecabezas de mi alma,
de mi vida, de mi piel.

Sos mi calma en la tempestad.
Sos la palanca de freno en la montaña rusa de mis sentimientos.
Sos la música de mis silencios amargos.
Sos la luz de mi oscuridad solitaria.
No podría estar sin vos.

No quiero volver a sentirme incompleta,
desarmada,
desubicada,
discontínua,
incomprendida.

Quiero sentirme media-naranja al fin,
y eso sólo lo conseguiste vos,
Ami Ossi.

Comentarios