Lágrimas de querer y no querer.


Llevo tres años y unos meses escribiéndote una carta en mi cabeza, pero llevarla al papel se me está haciendo imposible.

¿Cómo plasmar tantos sinsabores, desencuentros, angustias, decepciones? ¿Cómo demostrarte mi llanto en palabras de tinta? ¿Cómo hacerte escuchar el grito ahogado de mi interior? ¿Cómo decirte que te quiero, que te amo incluso, pero que estar con vos se me hace imposible, que duele, lastima, desgarra?

Pudiste hacerme feliz tan fácil, con palabras dulces y mimos suaves. Lo tenías todo a tu favor. Pero elegiste intentar apabullarme con casa, bienes y dinero y con la mano libre me apuñalaste la espalda. No, el corazón.


Llevo tres años y unos meses escribiéndote una carta en mi cabeza, y ahora que llega el momento de dártela, me doy cuenta de que no tengo más que lágrimas. Lágrimas que no se pueden contener en el cuenco de  las manos. Lágrimas que caerán al piso como tantas otras, y se olvidarán de dónde salieron, para qué vinieron, qué significa su vida, por qué están olvidadas y pisoteadas en el suelo. Lágrimas que no llegarán a ningún lado, porque con vos nunca llegan a ningún lado, porque no las entendés. Lágrimas acostumbradas, como yo.



Llevo tres años y unos meses escribiéndote una carta en mi cabeza. Una carta con excusas, una carta con recriminaciones, una carta con historia. Una carta que no dice nada y dice tanto. Una carta demasiado larga y demasiado corta. Una carta de una vida, de un amor, de un desamor, de un desarraigo y a empezar de nuevo. Una carta que explica y no explica. Una carta que te entiende y no te entiende. Una carta que es entre vos y yo.



Llevo tres años y unos meses escribiéndote una carta en mi cabeza. Pero ya no me queda nada. Nada más que lágrimas. Sí. Es una carta de lágrimas. Ojalá me entendieras. Pero si lo hicieras, nada de todo esto hubiera ocurrido. Jamás habría comenzado. No habría carta. No habría lágrimas.



Me voy, pero te dejo lo que fui a tu lado. Te dejo lo que me diste. Te dejo lo que me inspiraste. Te dejo lo que creció de mí junto a  vos. Te dejo lo que tantas veces demostré y no quisiste entender.

Te dejo mis lágrimas.

Comentarios