Ami Ossi
Siempre me sentí desarmada. Desubicada. Discontínua como las series de ropa más barata. Incompleta como el rompecabezas de un niño descuidado. Siempre me hirieron. Y perdoné. Seguí amando, y completé esas heridas con pena, dolor, autocompasión. No junté odios, o rencores: Junté lágrimas. Siempre creí en una vida en soledad. Y aún así, intenté esconder esa creencia, llenándola con cosas y gente que no merecían mi atención. Y un día cruzaste esa puerta. La que entraba en mi vida. Te colaste por una ventana, o te colgaste del balcón. Me llenaste de seguridad, de sonrisas, de cuidados, de caricias. De algo que no había tenido, pero que había esperado siempre: Ser compañera, ser mitad. Intenté evitarte, lo sabés. Intenté esconderme, no sentir. Intenté no enamorarme. Pero seguiste, demostrando día a día lo que valés. Haciéndome reír. Mimándome. Sonriéndome. Cantándome. Mirándome con ojos que no conocía. Cambiaste mi manera de amar. Como si nunca antes h