Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2012

Días de Diciembre.

Alguna vez pensé que podría ser. Pero no. Tengo demasiadas imperfecciones. Tenés demasiadas facilidades en la vida. Tal vez en otro tiempo. Tal vez en otro espacio. Cuando las diferencias ya no importen. Y seamos sólo dos personas. Un niño dentro de un hombre. Una niña dentro de una mujer. Sin caretas, sin prejuicios, sin sistemas preorganizados por otras mentes. Creí que podría ser. Pero no. Sé que no entro en los planes de Ella. Ella nunca jamás deberá enterarse que durante unos días (semanas o meses) fantaseaste con enamorarte de mí. Con empezar de nuevo. Con dejarla atrás y quedarte conmigo. Y no te preocupes, por mi parte jamás se va a enterar. Simple: Quiero que seas feliz. No tengo fuerzas para luchar contra las barreras y las mentes limitadas.

Esto es por la conversación de recién.

Si la vida fuera tan fácil como decidir quién nos hace bien y quién no (sin puntos intermedios sin mentiras-verdades sin "tal vez"), y acertáramos siempre, te hubiese entregado mi corazón el primer día. No, el segundo. Y mi vida. Y mi sonrisa. Pero ni la vida es tan fácil. Ni la gente es todo luz o absoluta oscuridad. Y aún, más te digo: yo nunca acierto. Por eso son los grises lo que me desarma. Esas áreas indefinidas de la vida. De las personas. Del tiempo. Del mundo. No sé manejarlas y no sé manejarme frente a ellas. No todo puede ser o blanco o negro. Pero lo que es enteramente gris me asusta demasiado.

Sonrisita.

"¡No hay inspiración!" gritó desde la boca del oscuro túnel de la falta de palabra. Es silencio. Es alma en pena. Es negro indescifrable. Con bordes que van absorbiendo la luz. Grises. No hay forma de hacerte entender los grises. No es que haya sol cuando te veo. No es que me muero de amor. No es que no puedo vivir sin vos. y que no sabría qué hacer si me faltas. No se acaba-el-mundo. No vuelven-los-colores. No me siento-en-primavera. No floto-en-el-aire. (Lugares comunes) Esto no es común. Es más como verte y querer formar parte aunque sólo fuera un segundo de tu vida. (Sol, libros, Brasil). Y que si pudiera elegir pasar un día con alguien, hoy te elijo. Y mañana. Y pasado mañana. En el mar, en el muelle, en tu cama. A vos y a tu sonrisa. Y te pediría, con mi mirada de espejo, una oportunidad para demostrarte que soy más. Más.

Margaritas.

Me quiere. No me quiere. Me quiere. No me quiere. Mequierenomequieremequierenomequieremequiere. No me quiere. Voy deshojándome por vivir. Vivir colgada a mis sentimientos. Prendida a un pétalo que puede sostener el destino de mi vida en su aroma. O un pétalo egoísta, que quiere volar al viento. Libre. Me quiere-No me quiere. ¿Qué más da? Siempre queda el vacío. Ya no hay más pétalos. Sólo existe un centro amarillo. Círculo de la vida. El sol, paz y vida nueva.   Todo vuelve a comenzar. [Ya no quiero este vacío]

Niña Fantasma.

Porque me cuesta quedarme pero me duele separarme. Porque te pienso. Demasiado. Y por momentos te olvido. Momentos eternos. Porque vengo y me agobio y necesito soledad. Porque aparezco intermitente. Y como que me quedo sin señal. Y me opaco. Y brillo. Encandilo. Y me vuelvo a apagar. Porque estoy y no estoy. Porque no me dejo querer. Pero quiero que me quieran. Porque quiero todo el mundo. Y no quiero nada. Vacuidad. (¿Yquémierdameimportatuamor?) Como aparecer y desaparecer. Si al menos fuera voluntario... Pero yo no elegí ser así. Una niña fantasma.

Burbujas de Champagne.

No puedo creer que aunque nada ocurra la vida siga pasando. Y el tiempo no se detenga mientras no estamos juntos. Que aunque no respiremos el mismo aire la gente siga respirando y la fotosíntesis. Que el sol, la luna, las estrellas. El amor, poemas, primavera. Muérdago, regalos, velas, sidra. Y alegría. Alegría esfervescente y contagiosa. Y si viene el fin del mundo quiero estar con vos mano en mano mirando el amanecer. O el comienzo del verano. O el oleaje incesante. Eternidad. Eternidad a tu lado. No puede ser que aunque nada ocurra la vida siga pasando. El sol, la luna, las estrellas. No sé qué es menos probable si el fin del mundo o la eternidad a tu lado. Y no importa, alegría burbujeante, porque no creo en nada de eso.